más rica la Thompson!”... estábamos cegados por el nacionalismo. Hoy, sin embargo, las producciones chilena y peruana son más comple- mentarias que competidoras. Mira, hace unos tres años atrás, una cadena de Estados Unidos importan- tísima nos vino a decir que no querían más uva chilena, solo peruana. Así de duros. Sin embargo, al poco andar Perú atravesó por una crisis política y social de proporciones, con paros por- tuarios incluidos. Así que los gringos, que estaban muy entusiasmados con la uva peruana, se quedaron sin abas- tecimiento. Volvieron con la cola entre las piernas. Comprendieron, primero, que es demasiado riesgoso depender solo de Perú, ya que cualquier crisis política, caos social o eventualidad climática los puede poner en aprietos. Y segundo, que cada país tiene su ven- tana. Salvo en zonas muy específicas donde se traslapan, la uva peruana seguirá siendo más temprana que la uva chilena de la zona centro-sur. Para el modelo de Gesex esta comple- mentariedad es muy favorable… Totalmente. En nuestras oficinas internacionales recibimos uva de Chile, de Perú, de México y de otros países. Los supermercados quieren fruta todo el año y nuestra misión es responder a ese requerimiento. Mira, cuando nosotros partimos en Perú, nuestro principal objetivo era defender la fruta chilena, es decir, tener una producción complementaria que nos permitiera proveer a nuestros compradores –con la misma etiqueta y calidad– desde noviembre a mayo. Es decir, establecer con el cliente una relación comercial durante un periodo prolongado, para consolidar nuestra marca y prestigio como un proveedor confiable. Esa fue nuestra visión para decidir ir a Perú. Hoy, queremos que los compradores del hemisferio norte vean a Chile y Perú como un solo gran proveedor de fruta premium. ¿Sigues siendo un empresario chi- leno… o te sientes un empresario global? Sigo siendo un empresario chileno quizás en un 70 por ciento… pero que entiende que los negocios no tienen nacionalidad.
Motivado por el boom agrícola peruano y la intención de ampliar la ventana exportadora de Gesex, en 2017 Cristián Allendes invirtió en campos de uva de mesa en la nortina y calurosa Piura. Más de 400 hectáreas, de las cuales 200 ya están plantadas, logrando resultados espectaculares. —Seguiremos creciendo en Perú, este año vamos a plantar otras 100 hectáreas y en 2026 completaremos el campo con las 100 hectáreas restantes. Hay que desmontar el mito de una buena vez: la uva chilena no es mejor que la peruana; la uva peruana es igual o mejor que la chilena… en calibre, crocancia y sabor es excelente. Hoy el mercado está demandando más uva peruana, eso es así —sostiene Allen- des con un pragmatismo empresarial que no admite posturas majaderas ni sesgos chovinistas. —En Perú además empiezas a
cosechar antes. Trabajando bien, a los 16 meses de plantado ya puedes lograr entre 1.500 a 2.000 cajas por hectárea. Con una industria tan globalizada, ¿la agricultura ha ido perdiendo su nacio- nalidad? La fruta la tienes que producir donde mejor se da, punto. Hace diez años yo pensaba muy distinto. Decía, “¡no!, ¡cómo vamos a ir a producir a Perú, vamos a fregar a la fruticultura chilena nosotros mismos!”, y así dejé pasar oportunidades de comprar campos baratísimos, ¡a 100 dólares la hectárea! Craso error. Los que sí invirtieron (peruanos asesorados por chilenos) pronto estaban produciendo más y mejor que en Chile. Los perua- nos además partieron con nuevas variedades… Autumn Crisp, Sweet Globe, y los mercados comenzaron a preferirlas… y nosotros, “¡no!, ¡es
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