Vision Magazine Latam - Mayo/Junio 2025

Entrevista

A Gesex, la exportadora que preside, con sede en la vecina localidad de Linderos, acude en diferentes horarios y momentos de la semana. —Aunque no lo creas, los tiempos me dan… en serio, incluso cuando fui presidente de la SNA y de Fedefruta. Es más, de 7 a 8 de la mañana hago gimnasia, todos los días, sagradamente. A mí me carga cuando a una persona le pides una reunión y te responde “oye, pucha, sabes, estoy lleno de cosas, mira, no sé si pueda”… Esa cuestión para mí no existe. Allendes es, ante todo, un realizador, un hacedor. Según su relato, ha sido su habilidad innata para planificar y ejecutar lo que le ha permitido desa- rrollar tantas actividades en su vida, pero además hacerlas bien. Fruticultor, exportador, director de empresas, gre- mialista entusiasta, jinete corralero, constructor de medialunas, criador de caballos, restaurador de casas, arquitecto aficionado... —Mientras más cosas hago, más fácil me resulta organizarme —me comenta rodeado de cuadros ecuestres que dan cuenta de su afición por el rodeo, y también por la crianza de caballos que desarro- lla en San Manuel, su campo regalón emplazado en Melipilla. Fue en este emblemático fundo, cuyo origen se remonta a 1850, donde hace más de cuarenta años Cristián Allendes comenzó a escribir su exitosa historia en la agricultura. Ahí, bajo el tórrido sol del valle cen- tral chileno, donde el polvo se mezcla con el aroma dulce de la fruta madura, el joven Cristián encontró su destino. No fue casualidad ni un golpe de

suerte; fue la consecuencia inevitable de quien creció con las manos hundi- das en la tierra y la mirada puesta en el horizonte. Desde niño, el campo no fue solo su hogar, sino su escuela. Aprendió a leer las señales del cielo antes que los libros y entendió que el verdadero poder no está en la abundancia, sino en la gestión inteligente de los recursos. Esa mentalidad lo llevó a estudiar administración de empresas y especializarse en fruticultura. Pero la teoría tenía que enfrentarse con la realidad. Luego de trabajar nueve años en exportadoras, en 1986 fundó Agrícola La Hornilla. Su objetivo estaba claro: producir más y mejor, y hacerlo de manera eficiente. Partió con dos hectáreas de frambuesas, que más tarde cambiaría por los cultivos que lo posicionarían como un agricultor de vanguardia: los carozos y especial- mente la uva de mesa. Apostó por la innovación cuando otros aún confiaban en métodos tradicionales. Incorporó plantación de alta densidad, riego de precisión y estaciones meteorológicas antes de que la palabra “sustentabilidad” se pusiera de moda. Pero aún había una barrera que limitaba su crecimiento: la exportación. Chile ya era un país que producía fruta de calidad, pero los agricultores estaban a merced de intermediarios que se quedaban con la mejor parte de la ganancia. Allendes, con mentalidad de empresario y espíritu de agricultor, entendió que, si quería cambiar las reglas del juego, tenía que jugar en

otra cancha. Así, en 1998, nació Gesex. No fue fácil. Fundar una empresa exportadora propia significaba desafiar a los gigantes del mercado, negociar directamente con com- pradores internacionales y asumir riesgos que otros preferían evitar. Pero Allendes estaba convencido de que Chile no solo debía exportar fruta, sino también valor agregado. No se trataba de llenar contenedores, sino de construir una marca, de ofrecer al mundo uvas de mesa con un dulzor inigualable y carozos que contaran la historia del sol y la tierra chilena en cada bocado. Gesex no tardó en consolidarse como una de las principales exportadoras de fruta del país. Su éxito no solo bene- fició a Agrícola La Hornilla, sino que abrió camino a otros productores que bajo su liderazgo comenzaron a mirar más allá del puerto de San Antonio. En la actualidad, además de Allendes, la sociedad la conforman Enrique Turri Clark (Agrícola Convento Viejo), Francisco Bezanilla (Inversiones San Francisco), Gonzalo Hevia (Agrícola Santa Camila), Sergio Ruiz-Tagle Claro (Agrícola San Pedro), Patricio Zaldívar Grass (Agrícola Santa Marta), Jaime Maruri y Michel Legarraga (Agrícola El Toqui), Mario Larraín (Agrícola San Carlos), y Christian Gwynne, socio y CEO de la compañía. Con los años, el nombre de Cristián Allendes se convirtió en sinónimo de innovación en el agro, y en una forma de hacer agricultura. Presidió Fedefruta, llevó su experiencia a la testera de la SNA y se convirtió en una de las voces más influyentes del sector.

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