Vision Magazine Latam - Mayo/Junio 2025

“Ya hemos visto que, en verano, cuando sucede la postcosecha de uva en el caso del sur, y es nuestra poda de formación en el norte, las temperaturas han incrementado, durante los últimos cinco años. ¿Y esto qué genera? Que nuestros cultivos se ‘tropicalicen’ más, se direccionen más en producir brote y no tanto en madurar una yema. Entonces, como resultado obtienes que cuando vas a podar esa yema que no ha madurado bien, definitivamente no es un racimo bien conformado, y en la mayoría de los casos tienes mayor porcentaje de racimos chicos. Entonces, sí, es un tema que nos está afectando. Ya vamos hacia una condición más semitropical y quizás tropical en el norte”, advierte Garavito. ¿VENTANAS QUE SE MUEVEN? Ricardo Galindo, gerente de operacio- nes de Agrícola Riachuelo, empresa ubicada al sur, en Ica, coincide con el diagnóstico y añade una preocupa- ción que toca el corazón del modelo agroexportador: “Uno de los temas fundamentales en la agricultura son las ventanas comerciales y al cambiar tus temporadas puede ocasionar algún efecto, tanto en contra como positivo, pero es algo que todavía no lo podemos manejar. En todo caso, vamos a tener que irnos adaptando; en algún momento vamos a tener que cambiar de cultivo, dependiendo la

Al perderse la precisión en la cosecha, se diluirían las ventajas competitivas del país en ciertos nichos de mercado. Esto obligaría a redibujar el mapa productivo.

zona, la ubicación, las altitudes; nos queda un arduo trabajo por hacer, en realidad, pero ya lo estamos haciendo. Entonces tenemos que ser un poco más responsables respecto a la formación de nuevos polos energéticos, de nuevas formas de ver la agricultura, acaso mucho más sostenibles, sin afectar el medio ambiente. Eso es lo que nos va a

considerar mudanzas de inversión y tecnología hacia áreas menos vulne- rables, o hacia otras altitudes dentro de las mismas regiones. A pesar de algunos esfuerzos hacia la sostenibi- lidad –como la búsqueda de energías limpias, la reutilización del agua o la reducción de la depredación de recursos naturales–, Galindo espera que los esfuerzos “sean lo suficien - temente significativos para mitigar esta situación. En todo caso, debemos ponernos todos a trabajar porque este es un asunto que nos afecta a todos los productores”. Esta transformación estructural se enmarcaría en una realidad climática de largo aliento. Ulises Osorio Ángeles, consultor agroclimático de la Uni- versidad Nacional Agraria La Molina (UNALM), contextualiza lo que está en juego. “Hasta hoy seguimos en fase ascendente, por tanto, nos vamos hasta 2028 o más. Quienes miden

tocar a cada uno de nosotros”. En la agricultura peruana, los

cambios en la estacionalidad no solo afectan la productividad, sino también la oportunidad de colocar la fruta en mercados exigentes como Estados Unidos, Europa o Asia. Al perderse la precisión en la cosecha, se diluirían las ventajas competitivas del país en cier- tos nichos de mercado. Esto obligaría a redibujar el mapa productivo. Como mencionó Galindo, quizás sea necesario cambiar de cultivos según zonas, altitudes y capacidades de adaptación. Esto implicaría incluso

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