Vision Magazine Latam - Mayo/Junio 2025

Entrevista

Tenemos mucho que hacer a nivel de política interna. Si la competitividad ya era importante, hoy es imprescindible”

lugar, fortalecer el multilateralismo. Pero, además, tenemos mucho que hacer a nivel de política interna. Si la competitividad ya era importante, hoy es imprescindible. Todos los países de América Latina estamos aquejados de “enfermedades” parecidas: endeudamientos públicos muy altos, cargas tributarias que frenan el dinamismo económico, excesiva regulación. Este es el minuto para que ganen tracción propuestas que signifiquen una mayor flexibi - lidad de mercado. El desafío que nos presenta esta guerra comercial es también una oportunidad para salir del inmovilismo en que han estado nuestras políticas a nivel regional en los últimos años, y que han tenido como resultado una performance económica muy mediocre. Hablo especialmente de Chile. ¿Cómo ves la situación de la fruti- cultura de Sudamérica, que depende tanto de China como de EE.UU? Yo creo que el sector no lo va a pasar muy bien en los próximos dos o tres años. Y te voy a decir por qué. En Estados Unidos, por ejemplo, la fruta tiene una demanda relativamente elástica. O sea, cuando las cosas se ponen complicadas, por inflación, incertidumbre económica o lo que sea, los gringos compran menos fruta. En un supermercado típico, como Albertsons, el 90% de los productos que se venden son de Estados Unidos. Por lo tanto, un clima de incertidum- bre, más el 10% de arancel, sin duda configura un escenario a lo menos preocupante. ¿Crees que el 10% de arancel pasará al consumidor? No. Va a pasar mayoritariamente al productor. Es muy difícil subir

los precios a consumidor sin tener como resultado un gran ajuste en la demanda. Y en el caso de China, ¿una posible recesión podría afectar a productos como la cereza? Sin duda. En China la cereza no es “el pan nuestro de cada día”, sino que es un producto suntuario que se consume en un periodo del año muy específico. Entonces, sí, pueden venir un par de años complejos. Pero, te rei- tero: debemos considerar el horizonte de las elecciones del próximo año en Estados Unidos. Cada vez que el mundo atraviesa por estas crisis económicas y América Latina queda a la deriva, surgen voces que plantean repensar el modelo de desarrollo. ¿Te parece razonable? América Latina ya pasó por una crisis parecida cuando se cerró el comercio en los años 30, y de la mano de la CEPAL, después de la Segunda Guerra, se definió una estrategia de desarrollo “hacia adentro”. Los resultados fueron desastrosos. Por lo tanto, si alguien está pensando que este es el minuto para repensar la estrategia e impulsar una política industrial, yo te diría que el camino definitivamente no va por ahí. Por supuesto que hay países donde la política industrial sí ha funcionado, como Corea del Sur o la propia China. Pero lo que la gente olvida es que esos países tienen tasas de ahorro muy grandes. El Sudeste Asiático ahorra 35 puntos del PIB, China llegó a ahorrar 50. Entonces, cuando tienes tanto ahorro, tú puedes hacer apuestas. Si te equivocas con 5 puntos, no importa, aún te quedan 30. Los países nuestros ahorran 22. Te equivocaste en 5 y dejaste la grande. Entonces, ¿cuál es el camino? Perse-

verar en nuestro enfoque de apertura comercial y remover la gran cantidad de distorsiones y regulaciones que impiden la absorción de innovación. Además, ojo, contrario a lo que la gente podría pensar, la exportación de fruta es una industria altamente tecnológica, muy sofisticada y de gran valor agregado. Créeme que una industria textil requiere menos sofisticación tecnológica que exportar fruta. En esta “guerra de desgaste” con plazo perentorio, ¿cuál es el escenario más probable para los próximos 12 a 18 meses? ¿Una negociación, una escalada o una moderación? A mí me gusta analizar esto en términos de teoría de juegos, y lo que está haciendo Trump se parece mucho al “juego del ultimátum”. Trump sabe que tiene hasta noviembre de 2026 para lograr que China se siente a negociar. China, por su parte, hace el mismo cálculo, pero desde el punto de vista bélico. Si quiere ocupar Taiwán, tiene que hacerlo ahora. ¿Por qué? Estados Unidos va a independizar su sistema de defensa en materia tecnológica y en dos años tendrá una posición militar fortalecida. En ese escenario, se acabó Taiwán para China. En esta “guerra de desgaste” el reloj está corriendo para ambos. ¿Estamos presenciando el comienzo de la desglobalización? No, pero sí un cambio de era, donde emerge una segunda potencia. Y cuando emerge una segunda potencia −la historia así lo demuestra− siem - pre es complejo. Un estudio que se realizó en Harvard constató que de 15 momentos históricos en que ha emergido un nuevo actor dominante, 12 terminaron en guerra.

14 | VISION MAGAZINE |

Powered by