VISION MAGAZINE
Otro tema crucial, muchas veces olvidado, se refiere a la necesidad de que la democracia sea un régimen efectivo y exitoso, que logre resulta- dos favorables y en un tiempo breve en temas cruciales para la población, como son la economía, el bienestar y la seguridad. El caso de América Latina es interesante, al menos en dos aspectos. El primero es el fracaso económico persistente, que lleva a un eventual desafecto hacia el sistema, con tal de lograr superar esa situa- ción. Lo mismo ocurre, y con mayor claridad, con el crecimiento de la de- lincuencia, como muestra el caso de El Salvador de Bukele. Las personas y la sociedad se muestran dispuestos a reducir su ámbito de libertades precisamente porque un gobierno, que puede ser eventualmente autoritario, se muestra más capaz de resolver problemas graves, en un tiempo breve y garantizando a la población una realidad de seguridad más que una promesa de una libertad que no es posible ejercer en medio de la delincuencia generalizada. Cuando las sociedades latinoame- ricanas valoran más a gobernantes como Bukele que a otros no necesa- riamente quieren el autoritarismo, sino que detestan la imposibilidad de vivir en paz, la expansión de la criminalidad y los anuncios repeti- dos, vacíos e incapaces de resolver los problemas reales de la población. La crisis de la democracia es efectiva, pero no es terminal; los problemas están a la vista, pero no son inso- lubles; la crítica es real, pero no necesariamente busca populismo o autoritarismo, sino que es un reclamo de libertad efectiva y de paz. En lo esencial, la democracia tiene las mismas instituciones desde hace un par de siglos. La dirigencia política y los partidos no se caracterizan por su creatividad ni su capacidad para enfrentar los desafíos contempo- ráneos. Al menos, el conjunto del sistema político debería captar y resolver una cuestión crucial: si los problemas serán resueltos dentro de la democracia o si los ciudadanos mirarán hacia otras fórmulas, ante la incapacidad de resolver sus proble- mas más graves y la incapacidad para enfrentar la complejidad del mundo contemporáneo.
La crisis de la democracia es efectiva, pero no es terminal; los problemas están a la vista, pero no son insolubles; la crítica es real, pero no necesariamente busca populismo o autoritarismo, sino que es un reclamo de libertad efectiva y de paz.
democracia compleja. Gobernar en el siglo XXI (Galaxia Gutenberg, 2020). La obra incluye temas tan variados como “la gestión colectiva de la incertidumbre”, la relevancia de las ideas que provienen de diferentes marcos cognitivos o de formación profesional, un Estado adecuado y una democracia “más democrática”, estable y duradera.
contar con ciertas ideas y soluciones que permitan enfrentar una crisis con mayores posibilidades de éxito. Una cuestión clave es comprender que el problema no es simple, sino que las democracias deben entender la complejidad de las sociedades y del régimen político. Lo ha planteado muy bien el filósofo español Daniel Innerarity en su libro Una teoría de la
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