Vision Magazine Latam Nº30 - Julio/Agosto 2025

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tecnologías y zonas de cultivo. En Santa Rita de Siguas, Arequipa, su laboratorio de innovación trabaja a toda marcha, a la espera de que el postergado proyecto Majes Siguas II se haga realidad. Allí, en un campo experimental de 14 hectáreas, hoy se prueban paltos y arándanos con ventanas de cosecha distintas a las del norte, lo que permi- tiría extender la temporada y mejorar la competitividad. También se están realizando ensayos con frambuesa, mandarina, frutos secos (pecanas y macadamias), e incluso cereza. —Hace poco, el gobierno peruano declaró Majes Siguas II como un proyecto prioritario —apunta Percy. —Por lo tanto, cuando ese momento llegue, nosotros ya sabremos no solo qué hacer, sino cómo hacerlo. La idea es simple pero ambiciosa: cuando el futuro golpee la puerta, Ce- rro Prieto espera ya estar adentro. Por eso el laboratorio de Santa Rita no es una apuesta menor, sino una especie de avanzada técnica en territorio aún por conquistar. Ahí se mide, se com- para, se analiza. Qué variedad de palta responde mejor al frío. Qué genética de arándano resiste el sol de altura. Qué frutos pueden abrir una nueva categoría en la cartera exportadora. Mientras el norte termina de con- solidarse, el sur se proyecta abriendo grandes expectativas a la fruticultura peruana. En medio de este entusias- mo, Percy pone la pelota al piso y subraya: —El principal objetivo del negocio frutícola no es plantar más, sino que plantar mejor, y aquello implica entender hacia dónde va el mercado, qué valoran los consumi- dores y cómo nos anticipamos a esas variables. CUIDAR EL ORIGEN Hace tres años, Cerro Prieto decidió abandonar la producción de uva de mesa para enfocarse en aquellos cul- tivos donde poseía mayor know how y ventajas comparativas: el arándano y la palta. Esta última, convertida en un emblema de la agricultura peruana, hoy ocupa un lugar protagónico en la estrategia de la exportadora. Tanto, que fue la escogida para su primera incursión productiva en tierras foráneas. Con el objetivo de ampliar

su ventana de cosecha y garantizar a sus clientes un suministro continuo, en 2019 ACP remontó el continente y puso los pies en Colombia. Eligieron las tierras de Antioquia y Caldas, en pleno corazón cafetero, donde la geografía es tan fértil como desafiante. De las mil hectáreas que compraron, ya tienen 300 con palto en plena producción, mientras otras 300 están en proceso de plantación. El plan es ocupar el total del terreno en menos de dos años. Pero, como reconoce Percy Muente, abrir camino en tierras extrañas es una apuesta que exige paciencia, humildad y método. —Ha sido un periodo de aprendizaje —admite—, no solo para nosotros, sino para todas las empresas ex- tranjeras que estamos invirtiendo en Colombia. La agricultura es ciencia y lugar. Uno no cultiva igual en Chepén que en Antioquia. Hay que escuchar el suelo, entender el clima, ajustar la técnica. Aprender a leer el territorio. Y aunque el camino ha tenido sus curvas, la brújula no se ha movido: abastecer al mercado global con fruta de calidad, los doce meses del año. Porque en un negocio donde cada semana cuenta —y cada semana sin fruta puede significar perder espacio en la góndola—, extender la tem- porada no es un capricho, sino una necesidad. Así, las fichas seguirán puestas en que la operación colombiana se consolide como una extensión natural del proyecto: otro frente en esta lógica de cobertura global y visión de largo plazo. —No basta con estar donde está la demanda —dice Percy. —Debemos estar a tiempo y en el momento justo. Más allá de los retos técnicos que impone cada zona geográfica, Cerro Prieto tiene una convicción: la palta es un cultivo de futuro. Pese a las presiones que generan el cambio climático, las restricciones hídricas o las exigencias de sostenibilidad por parte del consumidor, la demanda global sigue creciendo. Y con ella, la competencia. Países como Chile y Perú ya son jugadores consolidados, y Colombia asoma con fuerza. Las cartas están echadas: si la oferta regional aumen- ta, el gran desafío es que también lo haga el consumo. Y ahí, dice Muente, la promoción no es opcional, es

CERRO EN CIFRAS PRIETO

FUNDO CHICLAYO, CHEPÉN Superficie total: 4.600 ha Superficie cultivada: 1.800 ha de paltos 1.350 ha de arándanos 460 ha de espárrago

SANTA ROSA, HUAURA 150 ha de arándanos Producción: 3.200 ton.

ANTIOQUIA Y CALDAS, COLOMBIA 1.000 ha de paltos

año 2000 la empresa se adjudicó las tierras subastadas por el Estado en la primera etapa del Proyecto Especial Jequetepeque Zaña (PEJEZA). Con el contrato firmado, vino también el compromiso: hacer viable el sueño agrícola del norte peruano. Así nació el canal de irrigación de 27 kilómetros que dio origen a Irrigadora Cerro Prieto. Años más tarde, nuevas inver- siones permitirían que usuarios de Valle Viejo pudieran sembrar cultivos permanentes. Hoy, ese mismo canal riega casi 6 mil hectáreas, generando un impacto social incalculable. Pero la innovación no se quedó en el agua. Cerro Prieto también ha sabido adelantarse desde la tierra: investigando, probando, ajustando. Desde hace años, la compañía destina recursos a ensayar nuevas variedades,

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